A las Autoridades del Gobierno Nacional y Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
A las Autoridades de todos los efectores del Sistema de Salud, Empresas de Salud y Obras Sociales
A toda la población en general.
Como profesionales y actores del sistema de salud, tanto en esta situación como en otras tantas que hemos pasado, demostraremos una vez más nuestro compromiso y total disposición para cumplir con NUESTRO DEBER, ayudando desde nuestro lugar con lo que fuera necesario y apoyando las medidas de excepción dispuestas por el gobierno nacional, solicitando a la población su total acatamiento.
No obstante, queremos poner de manifiesto con absoluta claridad cual es nuestra real y crítica situación. Desde hace mucho tiempo la gran mayoría de los profesionales médicos trabajamos facturando, en negro, sin ningún tipo de protección legal, sin poder gozar de los más básicos y elementales derechos como lo son una obra social, aportes jubilatorios, licencias, vacaciones y/o actualización de nuestros ingresos de manera que acompañen los procesos inflacionarios del país, como gozan la mayoría de los trabajadores. Asimismo tampoco se nos permite discutir, establecer y mucho menos negociar respecto de cuanto deberíamos ganar y las formas de prestación de las tareas, como debería ocurrir si realmente existiera una locación de servicios. Unilateralmente es el efector quien impone todas y cada una de las condiciones, sin explicar lo que se nos paga ni cuando. Debemos acatar a riesgo de ser inmediatamente reemplazados. Así trabajamos en el día a día. Lamentablemente esto ocurre en sanatorios, obras sociales, prepagas, clínicas, hospitales, gerenciadoras y en todo ámbito de trabajo médico. Esta asociación viene advirtiendo respecto de las pésimas condiciones en que debemos trabajar, siempre en un marco de absoluta irregularidad, bajo formas fraudulentas de contratación, obligados a aceptar condiciones abusivas impuestas por nuestros empleadores, sin posibilidad de intervenir, y sin que ningún organismo del estado de ningún gobierno nos haya dado la debida protección y participación, lo que ha llevado por ejemplo a que la inmensa mayoría de los profesionales de la salud, de cualquier especialidad, quedemos hoy ajenos a todas las medidas de protección dictadas por el gobierno nacional y no tengamos ningún tipo de ayuda.Las asociaciones médicas, como esta y otras tantas, en tanto conocedoras de cada actividad y su problemática, desde hace años vienen proponiendo soluciones y alertando sobre los resultados que hoy estamos viendo, siendo permanentemente desoídas tanto por las autoridades de los efectores del sistema, como por las autoridades de los distintos gobiernos de turno.
En Argentina lamentablemente las políticas de salud parecieran desplegarse recién ante las diferentes crisis sanitarias que se presentan. Entendemos que un sistema de salud no se cimienta construyendo obras faraónicas que no son operativas o lujosas infraestructuras hoteleras. El sistema de salud, como en todo los órdenes de la vida comienza por las bases, formando y educando debidamente a los profesionales de la salud, brindándoles ámbitos seguros y apropiados de trabajo, permitiendo la participación de los profesionales médicos, respetando sus derechos como el de todos los ciudadanos, e invirtiendo estratégicamente en recursos humanos y de capital para que todo esto sea posible. Hoy nuestra situación, como la de otras especialidades, está lejos de ser la deseada y muchas veces las pocas inversiones en salud se ven contaminadas por los intereses de unos pocos. Se ha dejado de tener como prioridad al recurso humano, prevaleciendo el abaratamiento de costos y circunstancias que nada tienen que ver con inversión en materia de salud. El médico se ha transformado en un mero instrumento al que sistemáticamente se busca someter, utilizándolo como variable de ajuste económica que lo coloca como el eslabón peor pago de un sistema de salud que día a día demuestra sus inocultables falencias. La formación, capacitación, y especialización de los médicos viene siendo desde hace muchos años desalentada por varios motivos, y como consecuencia muchos de los recursos humanos formados y capacitados han sido excluidos del sistema, reemplazados deliberadamente en busca de una mayor rentabilidad.
La difícil situación que estamos viviendo, hoy nos enfrenta de la manera más cruel con esta realidad que aquí ponemos de manifiesto, realidad a la que tristemente la sociedad y la dirigencia en su conjunto han sido indiferentes, y en la que el universo de la comunidad médica deberá también entender no podemos cambiarla si no es todos juntos.
Sabemos que la población tiene miedo por sus seres queridos y por ellos mismos, nosotros también. Tenemos familia y seres queridos. Todos estamos observando como nuestros colegas mueren en el mundo día a día. No somos héroes ni nada que se les parezca. Somos en todo caso la cara visible de un sistema que ha equivocado sus políticas y cuyos dirigentes no asumen sus propias responsabilidades indelegables, y somos quienes en un contexto diario sumamente desfavorable y con falta de recursos debemos asumir los máximas responsabilidades ante la sociedad. Nosotros, en el momento que el país mas nos necesita no paramos y vamos a estar cumpliendo con nuestra tarea, demostrando que la salud es parte imprescindible de la sociedad. Agradecemos los aplausos, pero necesitamos que nos escuchen y entiendan que esta problemática nos afecta a TODOS.
Esta crisis nos da la posibilidad de reflexionar acerca de qué clase de sistema de salud queremos para nuestro país. Será un triste punto de inflexión, pero será al fin y al cabo una oportunidad para establecer prioridades y exigir los cambios necesarios. Dependerá de todos y cada uno de nosotros.
Es cierto que la sociedad en su conjunto afrontará grandes desafíos, pero no menos cierto es que aquellos que desde hace muchos años se encuentran en los lugares de toma de decisiones, tanto en los ámbitos de gobierno como en los empresarios, deberán, una vez atravesada esta crisis, demostrar si están o no a la altura del desafío, haciéndonos saber a la comunidad médica si van a ser parte del cambio, o profundizarán un modelo errático y no inclusivo que nos depositó en la situación angustiante que hoy estamos. Esperamos que lo entiendan y nos den a los profesionales de la salud la participación que todos estos años nos han negado.
A las autoridades públicas y privadas les pedimos que arbitren todos los medios excepcionales de atención no presencial que ayuden a evitar una innecesaria y contraproducente concurrencia de pacientes a centros de salud, lo que saturaría el sistema. En este sentido, les pedimos que estas medidas sean transitorias y no se transformen en una problemática más a futuro, que ejerzan un control sobre los efectores del sistema de salud para que no existan abusos en materia de pagos a los profesionales, y que arbitren medidas de reprogramación de vencimientos impositivos que nos permitan enfocarnos exclusivamente en los esfuerzos que tendremos que afrontar.
Pero por sobre todas las cosas les exigimos que nos cuiden, a nosotros y a todos nuestros colegas. Exigimos que brinden el soporte de insumos y equipos de barrera necesarios para que podamos sentirnos seguros y protegidos, ya que seremos los médicos los que en primera persona debamos exponernos a los peores riesgos y consecuencias de esta pandemia.
Comisión Directiva AOTCABA
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